Cuando tu bebé tiene fiebre, muchas veces también tiene menos ganas de comer o beber. Esto puede alarmarnos aún más: “¿Qué darle de comer al bebé cuando tiene fiebre?” Pero justamente por eso — en lugar de complicarnos con comidas elaboradas — lo más importante en estos días es ofrecerle lo más sencillo: suficientes líquidos, alimentación blanda, comidas fáciles de digerir… y sobre todo, mucho cariño. Además, debemos tener en cuenta la edad del bebé: un recién nacido no come igual que uno de 18 meses, así que adaptar lo que le das según su etapa es clave para que se recupere bien.
0–6 meses(recién nacido): ¿Cómo alimentar a un bebé con fiebre?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis meses — es decir: sólo pecho, sin agua, jugos ni otros líquidos o alimentos.

Cuando el bebé está enfermo, su cuerpo está trabajando duro — la leche materna ayuda a reforzar sus defensas — justamente lo que necesita.
Si la fiebre le quita un poco las ganas de tomar leche: ofrece el pecho con más frecuencia, en tomas pequeñas y suaves. Aunque parezca que no toma mucho de una vez, al ofrecer varias tomas cortas esta puede asegurar suficiente hidratación y energía.
Cuando el bebé está enfermo y toma leche/come, presta atención a estos detalles que, aunque parezcan pequeños, son cruciales:
- Asegúrate de que mamá esté cómoda, bien hidratada y descansada — que el momento de amamantar sea de calma y tranquilidad.
- Si el bebé está muy irritable o inquieto, busca un ambiente cálido y sereno: un lugar tranquilo, con contacto de piel a piel, puede ayudar mucho.
- Observa señales: si el bebé moja pañales con regularidad, mantiene algo de su patrón habitual de alimentación, y parece reaccionar al pecho — es buen signo.
- Aun cuando la fiebre lo ponga decaído, lo más “natural” suele ser lo más cuidadoso: pecho, cariño, descanso, calorcito. Muchas veces, ese combo simple es lo que el cuerpo del bebé necesita para recargarse.
6–12 meses: alimentación blanda cuando tiene fiebre
En esta etapa (6 a 12 meses), el bebé ya puede comer más que leche, pero con la fiebre, la prioridad es que su estómago descanse y su cuerpo se hidrate.
Hidratación:
La leche materna sigue siendo clave para darle defensas, energía y, sobre todo, evitar la deshidratación. No importa si toma solo un poquito cada vez; la constancia es lo que cuenta. Si ya toma agua, ofrécele un sorbito cada vez que lo sientas sudado o lo veas despierto.
La Comida:
Poco, pero Sostenido: Es normal que pierda el apetito. No lo fuerces. Simplemente ofrece una cucharadita de algo muy suave. Si come dos cucharadas, ¡Es una victoria! Lo importante no es la cantidad, sino que reciba algo.
El Menú del Día de Cuidado: Olvídate de frituras, sazones fuertes o comidas pesadas.
Piensa en alimentos que casi no requieran esfuerzo para digerir:
- Purés de Víveres: Un puré suave de guineíto maduro, auyama (calabaza) o papa, hecho con un poquito de agua o caldo suave. Es la forma más cariñosa de darle energía.
- Caldo o Sopita: Un caldito de pollo muy suave (sin grasa) con arroz muy blandito.
- Frutas Frescas: Un puré de lechosa (papaya) o mango bien maduro.
- La Textura es Clave: La comida debe ser como una crema espesa, que se deshaga con la lengua. Si mezclas el puré con tu leche materna o fórmula, será aún más reconfortante y familiar.

Recuerda: Con la fiebre, la mejor "receta" es la paciencia, la higiene en la preparación, y tu presencia tranquila. Ya habrá tiempo para que pruebe el resto de los sabores dominicanos; ahora toca descansar.
12–24 meses: alimentación para bebé con fiebre
En esta etapa, tu niño/a ya come la "comida de casa" casi completa. Sin embargo, cuando la fiebre ataca, su sistema digestivo se vuelve más sensible. La clave está en ajustar temporalmente su menú para darle la energía que necesita, sin forzar a su pancita a trabajar de más:
- Regreso a lo Básico y Suave: Piensa en platos que le recuerden al confort. En vez de las sazones fuertes que tanto disfrutamos en República Dominicana, opta por la sencillez.
- Arroz: Que esté muy bien cocido y blandito, casi caldoso. Es fácil de digerir y da energía.
- Víveres y Sopas: Un caldo de pollo o res muy ligero (sin grasa) con fideos o arroz. Un plátano maduro o un guineíto cocido es excelente; son suaves y muy nutritivos.
- Evita: El exceso de aceites, el ají, las frituras (como los tostones o empanadas) o cualquier plato muy cargado como el sancocho o el guiso espeso.

Líquidos, Líquidos, Líquidos: La prioridad es que no se deshidrate. Ofrece agua fresca continuamente. Si aún toma leche, es genial. Mantente lejos de los refrescos, jugos azucarados o bebidas muy frías. El cuerpo enfermo necesita líquidos puros y suaves.
Si tu bebé no tiene apetito por la fiebre, no te preocupes ni lo presiones. Lo más importante en esos días es que esté bien hidratado y descanse. Puedes ofrecerle comida suave con calma — pero si la rechaza, déjalo tranquilo: su cuerpo está ocupado en sanar.
Ahora bien, si en algún momento te pide un pequeño “gustico”, aunque no sea lo ideal — un bocadito mínimo puede reconfortarlo. Esto sí — siempre cuidando que el enfoque principal siga siendo líquidos + descanso + calma. Normalmente, el apetito volverá cuando la fiebre ceda.
💡 Consejos prácticos para mamás
- No te compliques con preparaciones especiales: muchas veces lo más sencillo funciona mejor — pecho, agua o líquidos suaves, comidas caseras suaves, descanso.
- Aprovecha ingredientes comunes en RD: plátano, yuca, arroz bien cocido, sopas ligeras, frutas cocidas o maduras, verduras suaves — siempre bien cocidas y blandas.
- Si la fiebre viene con vómito, diarrea o pérdida de apetito: prioriza líquidos, pecho/fórmula y reposo. Si tu bebé orina poco, tiene menos pañales mojados, boca seca o llora sin lágrimas — busca atención médica.
- Evita jugos industrializados, bebidas frías, comidas pesadas o condimentos fuertes mientras tu bebé se recupera.
- Dale mucho cariño y tranquilidad: un ambiente calmado, el contacto con mamá, arrullos y pecho — todo eso ayuda más de lo que parece.
❤️ Un mensaje de mamá para mamá
Querida mamá, sabemos que la maternidad está llena de momentos maravillosos, pero también de retos — y cuando tu bebé tiene fiebre, ese reto se siente especialmente grande. Pero respira, no te preocupes demasiado: en estos días difíciles, lo más importante es mantener la calma y recordar tres pilares básicos que te ayudarán a navegarlo: suficientes líquidos, alimentación blanda y fáciles de digerir. Con estos tres puntos, la mayoría de los episodios de fiebre en bebés se pueden manejar con cuidado y amor, adaptándose a nuestras costumbres en República Dominicana — con los alimentos que tenemos siempre en casa y el calor de nuestra familia.
Si ves señales de alerta — fiebre persistente por encima de 38.5°C, poco pañal mojado (señal de deshidratación), decaimiento excesivo, vómitos o diarrea que no paran — no lo dudes: busca ayuda profesional de inmediato. No es signo de debilidad, sino de amor inteligente por tu bebé.
